Inquieta, con curiosidad intelectual y vital, esta valenciana, casada, con cuatro hijos, ha sido durante varios años profesora de religión en varios institutos de secundaria de Valencia y de Baleares. Contagia su pasión por la educación, por lo que se considera fundamentalmente maestra (en el sentido profundo del término), educadora. Volcada en la catequética y en la pastoral, ha realizado diferentes servicios a la Iglesia. Ha sido profesora en Oxford, en la Universidad de Valencia y es una de las personas más solicitadas en diferentes foros para hablar sobre interioridad, ciudadanía y pastoral juvenil. En la actualidad interviene en el programa “La aventura del saber”, de TVE, como experta educativa. Es colaboradora de 21-rs. En el Grupo EIM, dirige un equipo de formación del profesorado y gestión de calidad que trabaja en Centros públicos y privados en diferentes partes de España. Desarrolla desde hace años el programa de innovación educativa 'Proyecto Zero' de la Universidad de Harvard, a partir del que ha generado un modelo de Educación por Competencias que se está implantando en muchos centros e instituciones.
-¿Cuál es la aportación que hace a la transmisión de la fe este cuento?
En las edades tempranas los niños van configurando la imagen que tienen en su mente de quién es Dios a través del encuentro con personas que se convierten en referentes religiosos para ellos, pero también a través de los relatos que desvelan en situaciones concretas y cercanas a ellos, ese rostro de Dios. Ellos no entienden de teologías, pero los relatos de la Historia de Salvación, y las experiencias de creyentes les enseñan de forma profunda quién es, cómo actúa y qué les pide el Dios que les queremos anunciar. Muchos relatos se han quedado obsoletos o demasiado lejanos a sus experiencias, y en el cuento hemos intentado a través de la figura de Hoku acercar la vida de Damián de Molokai al marco de comprensión infantil. Una de las cosas más importantes de la transmisión de la fe es poner rostro a testigos que se acerquen a la experiencia de la fe de los niños y la vida de Damián es un testimonio importante a la hora de afrontar la enfermedad y el sufrimiento, y la soledad y el aislamiento que va asociada a ellos en muchas ocasiones, cosa que no siempre es fácil abordar con los niños.
-¿Qué destacarías de la figura del Padre Damián?
En el cuento he querido destacar de su vida la vitalidad que tiene, y que le hacía apasionarse con entusiasmo por muchas iniciativas que hicieron que la vida de Molokai se transformara por completo; la capacidad de entrega a los demás en toda circunstancia y la cercanía, sin miedos ni prejuicios, a los enfermos y a todos, también a los niños. En Damián descubrimos cómo su fe es la fuente que da sentido a toda su vida, aunque a veces también pase por momentos de cansancio, o eche de menos a los suyos, o él mismo esté enfermo. También hemos querido destacar su sacerdocio, que aparece varias veces, y que hoy es tan necesario acercar a los niños.
- Indícanos alguna clave pedagógica para su lectura.
La primera clave es que el relato descansa en la relación de amistad entre una niña y un sacerdote, que se acercan mutuamente. Es importante que los niños aprendan a empatizar con los sentimientos de Hoku, que atraviesan todo el cuento: su propia enfermedad que le lleva a veces a sentirse discriminada y a sentirse aislada, y el proceso de ir aceptando y comprendiendo la situación en la que vive, hasta que afronta su propia enfermedad, ayudando a los demás.
Otra clave del relato es el acompañamiento que Damián hace de la niña: se establece una relación de acompañamiento espiritual, que le ayuda a conocer a Dios y a descubrir la eucaristía, la oración, su sentido de la vida. En esa relación de amistad no se oculta la dureza de la enfermedad y de la separación y la tristeza de la muerte. La historia puede servir de metáfora y ayuda para compartir con los niños los sentimientos que se producen en situaciones similares en las que a los adultos nos cuesta encontrar el momento o las palabras para ayudarles.
Otro de los aspectos que hemos cuidado es cómo los niños pueden ir conociendo la vida del Padre Damián con una cierta fidelidad histórica, y que muestra cómo los santos son personas normales, donde dan su testimonio en la entrega cotidiana, en el día a día, y cómo los verdaderos milagros se producen en el cambio que su vida supone para la vida de los que les rodean o los que aprenden de ellos.