Los miembros de la familia de los Sagrados Corazones, acabamos de celebrar domingo 11 de octubre en Roma, un acontecimiento señalado: la canonización del Padre Damián, religioso de la Congregación y apóstol de los leprosos.

Desde el inicio del” Año Damián” con el acto de apertura del 20 de mayo, hemos ido acercándonos, y lo seguiremos haciendo, a la figura del santo de Molokai. Mil alumnos de los colegios Sagrados Corazones de España, con profesores y religiosos, así como personas de nuestro país y del resto del mundo, acudieron al Vaticano a la fiesta de la canonización. Acto hermoso, sin duda, en tan incomparable marco y con la presencia del Papa Benedicto XVI.

Allí estuvimos nosotros, los de Miranda, alegres e ilusionados en un viaje de peregrinación que ha llegado a buen puerto. Gracias San Damián por tu protección. Ahora aquí, en el patio de los castaños de nuestro colegio mirandés, entre estas centenarias paredes, en un lugar cercano y acogedor, hemos celebrado el miércoles 21 de octubre un acto de acción de gracias por este hecho tan singular, y para homenajear a esta persona que lo dio todo, hasta entregar su vida, por los más necesitados. La imposición del collar hawaiano a la imagen del Padre Damián, y el pañuelo rojo alusivo a la canonización al niño enfermo que le acompaña, con la presencia física de un pequeño alumno llamado Damián, marcaron el momento más emotivo de la celebración. Hubo testimonios de dos personas participantes en el viaje de peregrinación a Roma. La lectura de la oración al santo y la música de Rafa Sánchez con su canción “Dejando huellas” pusieron fin a este sencillo acto.

Damián es nuestro, es de todos, por eso festejamos la canonización; vayamos adelante en este año especial y sigamos sus pasos, sigamos sus huellas.

¡Contágiate de nuestra alegría!